Conversación vigente con Florance Thomas una mujer "indogmable"

Por: Keshava Liévano

A propósito de LA MUJER TIENE LA PALABRA, libro publicado por Editorial Aguilar, hace unos años, el cual nos habla de que el amor todo lo cura y de saber decir adiós, de mujeres escritoras y de la paridad doméstica, de siete mitos del feminismo y diez preguntas a las reinas, de las arrugas y el honorable miembro: una mirada a los hombres y sus guerras, una hojeada a las mujeres de siempre, a los hombres de ahora, a las nuevas mujeres.

Una lectura para hombres machos y hombres a secas, pero sobre todo para muchas. Un libro para leer en pareja o a solas o a solos.

KL: Para empezar, ¿Cómo definir aquello de equidad de género?

FT: Es ante todo cerrar brechas entre hombres y mujeres, es reconocer que el mundo es dual, andrógino y que nacer hombre o nacer mujer en una cultura patriarcal, no es lo mismo, históricamente no ha sido lo mismo. A partir de este reconocimiento de historias distintas, se puede examinar cómo circula el poder de manera diferente y visibilizar así las desigualdades en todos los ámbitos para poder cerrar brechas. No se trata de igualdad absoluta, no queremos ser iguales a los hombres. La igualdad hoy en día es un debate político y existencial.

KL: ¿ Machismo es con M de Mujer?

FT: De pronto es con M de mamá, es una ideología tenazmente misógina que ha ejercido un poder discriminatorio contra la mujer y si hay una relación de lo femenino con el machismo es justamente la madre. El hombre ha fetichizado a la madre y negado a la mujer.

KL: El libro habla un poco de los mitos, ese estereotipo del feminismo beligerante que asumía al hombre como el enemigo, ¿se ha transformado?

FT: Afortunadamente se dio así. Si mujeres como Simone de Beauvoir no hubieran montado ese feminismo radical de la igualdad, no abríamos avanzado. Con los progresos jurídicos y legales, con nuestra constitución del 91 en donde ya las mujeres son nombradas, los efectos materiales de la discriminación han desaparecido pero permanecen los obstáculos culturales. Hemos logrado igualdad de oportunidades en muchísimos aspectos, en lo laboral, en el maltrato, en la violencia doméstica, la ley de cuotas, etc. . El trabajo está en lo cultural y lo simbólico. Desde Betty la Fea, desde el discurso religioso, es un trabajo enorme sobre las mentalidades y sobre la cultura.

KL: Desde siempre la guerra ha sido agenciada por los hombres, ¿Cuál es hoy en día la responsabilidad de las mujeres en la construcción de paz?

FT: Creo que ese es un reto enorme siempre y cuando los hombres quieran escucharnos, fíjate que este país no llamó a  las  mujeres a las mesas de diálogo por la paz. Desde hace 5.000 años las mujeres construyen paz, siempre se han resistido a las guerras declaradas por los hombres. La guerra es patriarcal… bueno ahí está la Tatcher, pero ella hace política como los hombres. Nosotras queremos acceder al poder pero de manera distinta a la de los hombres, con propuestas distintas, desde nuestras diferencias, que enriquezcan la cultura, si no el mundo se va a uniformizar.

KL: ¿Cómo así que las mujeres no quieren el poder sino la autoridad?

FT: Bueno, esa es una reflexión bien importante del neofeminismo del siglo XXI, que cuestiona el poder o ejercerlo como los hombres. Buscamos un poder para hacer cosas no para oprimir a otros sino para proponer. Mientras los hombres repiten y repiten sus esquemas, nosotras queremos innovar. 

KL: Si la democracia comienza en la cama, ¿en dónde termina?

FT: De pronto ahí mismo, no sé eso es una utopía, la democracia hay que construirla día a día. Lo lindo de este nuevo feminismo es que estamos trabajando por ejemplo con los indígenas, las negritudes, los gays, las lesbianas, una cultura incluyente. No solo feminismo para las mujeres.

KL: ¿Cómo ir más allá del machismo femenino?

FT: Hay una ideología de poder, dramática, de abuso y humillaciones. Hay un cuerpo teórico emancipador que concibe democracia, que lucha contra la desigualdad y eso es dramático. Desde hace muchos años hay mujeres intentando romper ese cerco de esclavitud y hoy día ahí vamos avanzando, a veces muy silenciosamente, pero fíjate que el feminismo es uno de los pocos humanismos vigentes en todo el mundo.

KL: ¿Cómo se está educando para la equidad de género?

FT: Estamos trabajando por una escuela no sexista, ese es un capítulo grande de nuestra maestría en la Nacional. Ojalá el Ministerio de Educación se apropie de esta preocupación, ese trabajo se está haciendo. Hay toda una reflexión en ese sentido sobre los textos escolares, para que la figura femenina aparezca en nuevos contextos , como líderes de barrio por ejemplo. Realizamos talleres con maestros y maestras. A nivel educativo trabajamos por esa escuela no sexista y por qué no hablar también de una nueva mirada de la sexualidad.

KL: ¿Por qué una enseñanza forzosa del amor es la soledad?

FT: Creo que cuando uno reflexiona sobre el amor, aprende a aceptar la carencia, a aceptar que no hay otro para mí o viceversa. Hay que pasar de ese amor soñado a uno más real, donde no hay posesión. El amor debe incluir una cierta dosis de soledad, cuando uno entiende eso está listo para amar, así sea a los 50 años. A los 20 es muy difícil, es la lógica del «devórame otra vez».  Uno no puede exigir todo del otro o de la otra. Esa es la enseñanza más bella del amor. Reconocer esa diferencia de que yo soy yo y tú eres tú. Romper un poco ese mito del amor eterno. Y eso realmente pasa en todos los estratos sociales. Creo que hace falta una pedagogía de la soledad. Siempre nos enseñaron que sin un hombre no éramos nada y hoy en día las mujeres están descubriendo un poco el goce de la soledad. Algo que ustedes conocen. Se ve venir una nueva ética del amor.

KL: ¿Qué rasgos le faltan a los hombres y cuáles de las mujeres?

FT: La humanidad de las mujeres: los hombres son incapaces de reconocer que están mal, les falta es poder expresar más sus afectos, por eso están apareciendo hombres diferentes que reconocen su feminidad, que bañan a un bebé, que cuenta cuentos a sus hijos. A las mujeres nos hace falta esa solidaridad del gremio que tienen ustedes, nosotras somos rivales, eso es algo que por ejemplo se ve en las novelas. Yo no entiendo cómo las secretarias no se revelaron contra Betty la Fea, ese medio de chismosas y envidiosas es abominable, nos falta esa complicidad de género, la autoafirmación, pero ahí vamos reconstruyéndonos poco a poco. Hay que dejar que los niños jueguen con muñecas , se trata de formar hombres más sensibles.

KL: ¿Qué viene después de siglos de falocracia? 

FT: Una cultura menos excluyente, sin patriarcados ni matriarcados, una cultura más humana. Una sexualidad y un erotismo de más posibilidades, que no estén marcados por la genitalidad.

KL: ¿Cuál es la responsabilidad de los medios de comunicación en propiciar esa nueva mirada de equidad?

FT: Muchísima, los medios deben hacer retroceder esa moral maniquea, yo le decía a Fernando Gaitán sobre esa responsabilidad que tenía como libretista, ante las miles de mujeres que veían Betty cada noche.

KL: ¿Cómo aprender a decir adiós en el amor?

FT: la separación es un aprendizaje que duele, para la mujer es difícil aceptar que quien ha sido su hombre se ha vuelto a enamorar. Los hijos en cambio entienden todo eso más fácil, pero hay que construir todas esas nuevas relaciones, sin golpes ni dramas de por medio. Eso está cambiando.

KL: ¿Se habla por estos días del perdón, cómo funciona esto en este conflicto milenario de género, en esa agresión histórica del hombre?

FT: El perdón sería respecto a nuevas prácticas cotidianas, aunque hemos sido muy ingenuas y complacientes, esto se puede dar sólo en la medida que ellos estén dispuestos a acompañar a esta nueva mujer. Las mujeres lo han dicho muchas veces, de todas maneras, no hay nada más rico que despertar al lado de un hombre a cualquier precio. Las mujeres de las nuevas generaciones tiene más libertad, eso hace parte de toda una revolución cultural.

*Entrevista realizada año 2014.

Foto:Fred Solís

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